El concepto biológico de especie define una especie como los miembros de poblaciones que se reproducen o pueden reproducirse entre sí en la naturaleza y no de acuerdo a una apariencia similar. Aunque la apariencia es útil para la identificación de especies, no define una especie.
La apariencia no lo es todo
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El turpial gorjeador (izquierda) y el turpial oriental (derecha) parecen idénticos y sus áreas de distribución se solapan, pero sus cantos diferentes evitan que se reproduzcan entre sí. |
Dentro de una única especie pueden variar muchas características. Por ejemplo, las hortensias pueden tener «flores» (en realidad son hojas modificadas) rosas o azules, pero eso no quiere decir que deberíamos clasificar las dos formas como especies diferentes. De hecho, se podría hacer que una planta de «flores» azules se volviera una planta de «flores» rosas simplemente modificando el pH del suelo y la cantidad de aluminio absorbido por la planta.
El alcance del problema
Ya hemos señalado dos de las dificultades que plantea el concepto biológico de especie: qué se hace con los organismos asexuales y qué se hace con los organismos que hibridan entre sí ocasionalmente. Además, plantea otras dificultades:
¿Qué siginfica que «pueden reproducirse entre ellas»? Si una población de ranas estuviera dividida por una autopista, como se muestra debajo, que impidiese que los dos grupos de ranas se reprodujesen entre ellos, ¿deberíamos designarlos especies diferentes? Probablemente no pero, ¿qué distancia tiene que separarlos para que fijemos el límite?
El linaje de trilobite de debajo evolucionó gradualmente a lo largo del tiempo:
https://www.sesbe.org/evosite/evo101/VA1BioSpeciesConcept.shtml.html
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